En este pequeño y acogedor local del barrio La Macarena, la pasta se hace en casa. El encanto de la cocina radica en sus toques caseros, típicos de una trattoria italiana. Es atendido por sus propietarios: Sebastián Bedoya en la cocina y su padre en el servicio, el cual imparte de manera cálida e informal. La milanesa napolitana es uno de los platos estrellas y los tagliatelline con gambas están llenos de sabor gracias a la buena combinación de langostinos, espinacas, tocineta y vino blanco.
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