Lucio, carbón y vino
REVISTA DINERS

Lucio, restaurante que día a día atrae mayor número de comensales de Medellín y que se ha convertido en la primera zona gastronómica de la región
Lucio ha sido, sin duda, en sus escasos dos años de operación, uno de los protagonistas e impulsadores de la Calle de la Buena Mesa en Envigado, lugar que día a día atrae mayor número de comensales de Medellín y que se ha convertido en la primera zona gastronómica de la región. El restaurante nace del interés de cuatro arquitectos paisas de crear una parrilla sencilla, respaldada por una excelente materia prima y un esmerado cuidado en los detalles y el servicio, en donde los visitantes se sientan como en casa.
El lugar, pequeño, abierto, con capacidad para 50-60 personas, es rústico, lleno de ladrillo a la vista y madera, sin pretensiones o lujos, apenas decorado con periódicos de todo el mundo. Un amplio archivo de fotografías antiguas deMedellín y muchos otros lugares del mundo pasa lentamente en un par de pantallas, logrando un ambiente cálido, acogedor, que invita a la tertulia al ritmo discreto de un bolero o una buena pieza de jazz.
Lucio, o mejor Felipe González, chef y socio del establecimiento, acompañado casi siempre de Juanita, Juan y Patricia, los cuatro conectados por lazos familiares, logran que su lema: “Una cocina honesta: en su preparación, los productos, presentación? y finalmente, ¡llevada a la mesa con una sonrisa!”, se viva verdaderamente.
La oferta de comida y vino se presenta en cortas y sencillas cartas escritas, complementadas en un par de tableros con las propuestas del día, que son los reales motivadores del consumo. La parrilla de carbón, corazón del lugar, recibe diversos cortes de carne –nacional e importada– cuidadosamente madurada, cerdo, pollo y pesca del día del Pacífico. Todo se complementa con una variedad de tapas y ensaladas elaboradas con productos frescos que llegan cada mañana a la cocina.
Para comenzar, los patacones con guacamole, crujientes y muy bien logrados, el chorizo argentino, buenísimo, el choripán y el queso a la parrilla son excelentes opciones. Compartir cortes de carne no es mala idea. Los importados, aunque más costosos, son magníficos. Recomiendo el ojo de bife, en su punto, que combina su típico marmoleo –grasa entreverada– con su extraordinaria suavidad. Tanto las papas doradas como la milhoja de papa son posibilidades deliciosas de guarnición. De los nacionales, el solomito sterling, corte grueso de lomo, tierno y jugoso, es otra muy buena alternativa. Si prefiere el cerdo, el paillard, corte delgado de lomo, acompañado con Pancetta es una sencilla pero agradable preparación así como la milanesa rellena de queso azul y salvia, mezcla interesante de sabores que suena notable. Para los amantes del mar, el pescado del día, fresquísimo, estándar que afortunadamente comienza a imponerse en los buenos lugares deColombia, será una estupenda elección.
Finalizar con un volcán de chocolate quizás atenta con la línea, pero será la justa terminación de un muy agradable momento.
EL CHULO 24/01/2013
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